En esta pintura he querido enfrentar dos superficies, una desnuda, con la tela cruda sin tratar y otra cargada de color y estructura. Ambas unidas por una trama de puntos volumétricos que en forma de relato pasan de una a la otra. Desde la quietud tranquila del blanco a la energía inquieta del rojo, en un camino de ida y vuelta, circular, como en una costura.
Ir a Galería Entre Belvederes y Mutatis